Según la Wikipedia, Growth Hacking es un conjunto de técnicas de mercadotecnia desarrolladas por las empresas de tecnología que utilizan la creatividad, el pensamiento analítico, así como las métricas web y de redes sociales para vender sus productos y ganar exposición.

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Se debe añadir que el Growth Hacking está pensado para optimizar recursos y está especialmente indicado para empresas que no disponen de grandes presupuestos para destinarlos a promoción.

Las técnicas de Growth Hacking para optimizar recursos se basan en la analítica y en la creatividad.

  • Analítica: Se trata de revisar todas las acciones de marketing que hemos realizado para ver cuales están funcionando mejor, algo básico en cualquier inversión de marketing pero que no siempre se realiza. Por ejemplo, no se trata sólo de saber si una acción está llegando a muchos usuarios, sino de saber si está llegando a los usuarios adecuados.
  • Creatividad: El objetivo será buscar fórmulas nuevas tanto para definir las acciones de marketing como a la hora de definir a nuestro cliente objetivo o buyer persona. El reto consiste en hacerlo bien y de forma diferente al resto. La empatía enfocada a ponerse en el lugar del cliente es una capacidad que puede ayudar mucho a conseguir el objetivo.

No todo es marketing

Dado que el objetivo principal es lograr el crecimiento de clientes de un producto o servicio específico, cualquier método que se utilice para conseguirlo es válido. Mejorar el posicionamiento de la página web optimizando SEO, acciones que se puedan compartir masivamente en redes sociales, creación de bases de datos con contactos de clientes potenciales…

De hecho, el punto fuerte del Growth Hacking está en la medición de las acciones realizadas, de cara a optimizar cada esfuerzo y utilizarlo para mejorar el siguiente paso, e incluso conseguir mejorar el producto o servicio. De esta forma se integran promoción y desarrollo de producto y se alinean ambos con las respuestas y las expectativas de los clientes.